El 70% de las Entidades No Lucrativas en España prevé una reducción de sus ingresos
Una vez superada la emergencia sanitaria, los diferentes sectores hacen análisis de la repercusión que ha tenido a todos los niveles y previsión de lo que aún significará esta pandemia. En el caso del tercer sector, la Asociación Española de Fundraising (AEFr) ha llevado a cabo, junto con la Fundación Deloitte y la Fundación Lealtad, el estudio “Impacto COVID-19 en entidades no lucrativas”. Entre las principales conclusiones de este análisis, destaca el hecho de que el 70% de las organizaciones sin ánimo de lucro en España prevé que sus ingresos se reduzcan tras la crisis originada por el coronavirus.
El informe, que ha sido elaborado a partir de la información ofrecida por 170 Entidades No Lucrativas, advierte de que el 33% de las entidades ha incrementado el número de beneficiarios y, por tanto, los gastos de su actividad. Sin embargo, el número de voluntarios se ha reducido durante el confinamiento un 47%.
El fundraising como fuente de financiación ha permitido que un 72% de las organizaciones contara con un fondo de reserva para afrontar los próximos meses de confinamiento, aunque la financiación queda condicionada por la situación socioeconómica de cada momento.
Durante la crisis, el 57% de las organizaciones ha prestado ayuda de primera necesidad. Es significativo que casi la mitad de las entidades (49%) ha comenzado o aumentado este tipo de ayudas en estos dos primeros meses de crisis. La complejidad y gravedad del momento está haciendo que organizaciones que tradicionalmente no ofrecían este tipo de ayudas hayan tenido que organizar un nuevo servicio para atender a las personas con las que trabajan y sus familias.
Tras la crisis, los ámbitos de actuación de las políticas de RSC, vinculadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de los panelistas del Barómetro han cambiado: su foco es mayor ahora en temas relacionados con en salud y bienestar, ámbito prioritario para el 73% de las organizaciones participantes. En segunda posición figuran las iniciativas relacionadas con promover el trabajo decente (48%) y en tercer lugar permanecen las políticas relacionadas con la sostenibilidad y la acción por el clima (señalado por un 45%). Descienden a la cuarta posición las acciones relacionadas con la igualdad de género (44%).
Por tanto, los beneficiarios prioritarios del apoyo de las empresas en cuanto a sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) serán enfermos (61%) y desempleados (50%).
En relación con la nueva normalidad, el 34% de las organizaciones indica que tiene que repensar la estrategia y las principales actividades. La incertidumbre les lleva a poner el foco en la seguridad de los trabajadores y beneficiarios principalmente. Como siguiente prioridad, y con el fin de reordenarse y prepararse, le sigue el área de marketing/fundraising, y, con un grado de importancia más reducido, innovación y digitalización.