La Psicología de la Filantropía: Una introducción
¿Qué es la Psicología de la Filantropía?
Cuando eres pionero en un concepto novedoso, como lo hemos sido nosotros en el Instituto de la Filantropía Sostenible (Institute for Sustainable Philanthropy), te vuelves muy bueno explicándolo. Y para comprender la Psicología de la Filantropía, primero se debe comenzar con lo básico. Veamos entonces el origen de ambos términos:
La raíz de filantropía proviene del griego «amor a la humanidad».
La psicología es el estudio o la investigación de la psique o el alma.
Al juntar estas dos palabras, obtienes una disciplina que se trata efectivamente de cómo las personas expresan su amor a la humanidad. Así, la Psicología de la Filantropía se basa en estudiar cómo las personas aman a los demás. Bueno, no del todo. Cuando estudiamos el amor a la humanidad, estudiamos cómo amamos a los demás, pero también cómo podemos amarnos mejor a nosotros mismos, profundizando en nuestro propio sentido de bienestar personal.
En el contexto de la recaudación de fondos, el amor se expresa, por supuesto, mediante el acto de donar. Muchos psicólogos y fundraisers creen que ese amor es, en cierto sentido, un sacrificio personal y que cuanto más abnegada o desinteresada es la donación, mejor es, de alguna manera. Sin embargo, hay dos problemas con esto. El primero, es que el «altruismo» y el donar con abnegación es una interpretación de la filantropía muy del siglo XX. Donar es más poderoso cuando el donante extiende su sentido de quiénes son en torno a una organización o causa. Así, puedo verme a mí mismo como un partidario de Greenpeace y sentir su esencia como parte de mi identidad. Entonces, cuando hago una donación, no estoy regalando dinero ni sacrificando una parte de mí. Por el contrario, estoy trasladando recursos a otra parte de lo que yo soy. Me estoy celebrando a mí mismo, no haciendo un sacrificio.
El segundo problema con esta perspectiva es que, por lo general, no consideramos debidamente qué parte del «yo» se está sacrificando. Incluso si consideramos el donar como un sacrificio, nos privamos de la oportunidad de sentirnos bien por haberlo hecho. Y eso ocurre porque no estamos exactamente seguros de a qué se ha renunciado o se ha perdido. La Psicología de la Filantropía contrarresta esa tendencia apoyando a los fundraisers y donantes para que expresen su sentido de sí mismos de la manera más precisa, de manera que, cuando decimos que donamos con abnegación, ese gesto enriquece, en lugar de disminuir, nuestro sentido en la vida.
En el Instituto, creemos que el donar puede y debe ser una experiencia placentera y de beneficio mutuo, que cultive y nutra la capacidad humana de amar. Expresar ese amor a través de un donativo puede crear un simple intercambio placentero. En pocas palabras, ayudo a un beneficiario y me siento bien como consecuencia de haberle ofrecido mi apoyo. No obstante, la Psicología de la Filantropía puede enriquecer esa experiencia, porque estudia las diferentes formas del amor y cómo pueden ayudarnos a darle sentido a la vida.
Pero de eso hablaremos más adelante. Por ahora, es importante ir más allá de la terminología para comprender lo que significa en la práctica. Para nosotros, la Psicología de la Filantropía es una poderosa combinación del estudio de la identidad, el bienestar y el amor.
Identidad
En resumen, la ciencia de la identidad es el estudio de quiénes somos. En la comunidad del fundraising, abunda la investigación sobre por qué las personas donan y cuáles son los impulsos que fomentan su generosidad. E, incluso cuando se estudian las identidades, la mayoría de las veces se exploran como herramientas para aumentar las donaciones. La Psicología de la Filantropía es diferente. No ve las identidades de las personas como algo a lo que nos dirigimos y luego usamos. En cambio, las ve como algo que recopilamos, apreciamos y nutrimos. El acto de donar no se ve como la consecuencia de la satisfacción de las identidades, sino como la ruta para vivir una identidad plena.
Bienestar
El bienestar se ha convertido en una palabra de moda en los últimos años. Todos sabemos que lo necesitamos, todos sabemos que lo queremos pero, ¿Cómo lo encontramos? La Psicología de la Filantrópica ofrece un camino muy particular para alcanzarlo: amamos nuestro camino. Y este amor se construye de una manera muy particular: conociendo quiénes somos realmente y amando, incluso cuando parece increíblemente difícil. Hablaremos sobre este punto posteriormente.
Hay tres aspectos vitales para el bienestar cuando hablamos de filantropía, y estos son la conexión, la competencia y la autonomía. Primero, conexión. Necesitamos sentirnos conectados con otras personas a las que amamos y que nos importan. Cuando estas conexiones se fortalecen, aumenta el bienestar y, con ello, las donaciones pueden aumentar. En segundo lugar, competencia. Cuando nos sentimos bien con nuestras habilidades en un campo determinado, experimentamos bienestar. En el contexto de la filantropía, los donantes pueden sentirse competentes cuando expresan su amor por los demás y apoyar a los que lo necesitan. Finalmente, autonomía. Cuando sentimos que tenemos algo que decir o hacer para logar que algo bueno suceda, experimentamos mayores niveles de bienestar, por lo que, es crucial que las organizaciones demos a los donantes una voz y una influencia importante que genere impacto.
El último punto no debe confundirse con el control, porque la esencia de una relación filantrópica sostenible es la confianza. El objetivo de la confianza no es controlar lo que hace el otro, o incluso lo que logra el otro, sino dejar nuestro propio control en manos de alguien en quien hemos aprendido a confiar.
Amor
«El amor» no es un monolito. Cuando es expresado en diferentes contextos y entre diferentes personas se ve, suena y se siente muy diferente. Comprender el papel del amor en la Psicología de la Filantropía es comprender quiénes son las organizaciones sin ánimo de lucro y quiénes son sus socios y donantes, para crear el tipo de relación adecuado y para que el tipo de amor idóneo crezca.
El amor, la identidad y el bienestar no se pueden aplicar de forma aislada. Solo cuando se usan juntos, donar puede satisfacer el bienestar de nuestro verdadero yo. La Psicología de la Filantropía une a los tres. Desde las palabras, imágenes y conceptos que usamos en nuestras comunicaciones de fundrasing, hasta el equipo, la estructura y la cultura alrededor de la cual construimos nuestras organizaciones. Es la ciencia subyacente que construye organizaciones sostenibles sobre los cimientos de las experiencias y relaciones personales más significativas.
Autor: Adrian Sargeant
Este post forma parte de la serie “Post Expertos” elaborados por socios y colaboradores de la AEFr