Beneficencia vs. Justicia Social
La beneficencia y la justicia social son conceptos cruciales en la lucha contra la desigualdad. Y aunque siempre se les ha considerado antagónicos debido a que abordan el problema con ángulos y objetivos diferentes, no tienen por qué serlo.
La beneficencia es el término que define la ayuda desinteresada a individuos en situación de necesidad, su origen se encuentra en tradiciones religiosas que promovían la caridad como una virtud. Su objetivo es aliviar el sufrimiento inmediato de las personas más desfavorecidas mediante donaciones de bienes, dinero o servicios.
Por otro lado, la justicia social es un concepto más reciente, que surge como respuesta a las desigualdades generadas por la revolución industrial y el capitalismo. Defiende la redistribución equitativa de recursos y oportunidades para corregir las desigualdades estructurales en la sociedad desde la raíz.
Dos formas de afrontar el problema
Actualmente la beneficencia en general se ha en las organizaciones no gubernamentales (ONG) y fundaciones de carácter religioso, que actúan para mitigar los efectos inmediatos de la pobreza y la exclusión social. Aunque esta forma de ayuda es fundamental para cubrir necesidades urgentes, su impacto suele ser limitado a nivel estructural, ya que no aborda las desigualdades desde la base del problema.
La justicia social, sin embargo, busca una transformación más profunda de las estructuras sociales y económicas. EL objetivo de las entidades que trabajan desde este enfoque es luchar contrala injusticia social mediante la promoción de políticas públicas inclusivas, la reforma de sistemas educativos y de salud, etc.. Estas acciones buscan crear un entorno en el que todas las personas tengan igualdad de oportunidades para desarrollarse y prosperar.
Una combinación de intenciones
En el Tercer Sector, la beneficencia y la justicia social a menudo se entrelazan. Las ONG que se enfocan en la beneficencia pueden ofrecer asistencia inmediata, como bancos de alimentos y refugios. Sin embargo, las organizaciones que promueven la justicia social trabajan en un nivel más estratégico, apostando por reformas políticas y cambios en las políticas públicas para erradicar las causas estructurales de la pobreza.
La combinación de ambos enfoques es esencial para abordar de forma integral la desigualdad. La beneficencia cubre las necesidades inmediata, mientras que la justicia social trabaja hacia una solución sostenible a largo plazo.