Conversaciones sobre Fundraising: ¿Se puede gestionar la incertidumbre?
Nuestras Conversaciones sobre Fundraising se detienen en esta ocasión en un aspecto tan esencial de esta crisis como nuestra propia conducta. Hemos invitado a Ana Lisbona, profesora del departamento de Psicología Social y de las Organizaciones Facultad de Psicología de la UNED, además de codirectora del programa de Postgrado en Captación de Fondos de esta misma Universidad, a contarnos cómo estamos afrontando -como individuos y como sociedad- esta etapa de enorme incertidumbre.
Ana nos ha explicado que las situaciones de crisis sacan lo mejor y lo peor de cada uno. Desde la psicología social, nos cuenta que, como grupo, nos hemos identificado tanto con las víctimas como con los profesionales que están solucionando los problemas de la crisis. Esta identidad social hace que nos impliquemos de manera más solidaria.
Siendo una situación sin precedentes y sin contar aún con datos concretos, la autora del dossier “La psicología del donante”, admite que aún no podemos cuantificar la solidaridad de los españoles, pero sí entender que cuando vemos el sufrimiento de las personas tendemos a volcarnos más: Cuando colaboramos, nos motiva, en parte, el altruismo “genuino”, pero también un altruismo “egoísta”: ayudar a otros nos hace sentir mejor.
Ana Lisbona, prevé que, durante esta crisis ayudaremos mucho, porque va a hacer que reduzcamos nuestra propia incertidumbre.
La psicología social ha demostrado, además, que una herramienta básica para reducir el miedo es la conducta prescriptiva: Si otros profesionales son solidarios y ofrecen su trabajo gratuitamente, como individuo ‘siento que la sociedad me está indicando que yo ceda mi trabajo sin coste’. De forma parecida, la psicología social ha demostrado, a través de muchos experimentos, que para calmar la incertidumbre lo que hacemos es fijarnos en lo que hacen los demás. No sé qué tengo que hacer porque nunca me he enfrentado a una situación parecida, así que repito lo que hacen otros, confiando en que ellos sí lo sepan: apelo al conocimiento de la comunidad. Incluso llegamos a cambiar nuestra propia respuesta razonada si el resto de personas da una contestación distinta.
Es una de las explicaciones que se ha dado para la compra compulsiva de papel higiénico, pero no es la única. Ana Lisbona nos aclara que, en estos momentos, también recurrimos a conductas automáticas e irreflexivas: estamos frente al lineal del papel y lo cogemos aún sin necesitarlo, casi como un acto reflejo, solo porque es algo que hacemos habitualmente.
La clave: la compasión
Las emociones que esta crisis está despertando en nosotros también son, según Ana Lisbona, totalmente inéditas. Esta vez, las víctimas somos nosotros: Es el vecino de al lado, un amigo, un familiar… todo esto nos hace sentir especialmente vulnerables. Somos incapaces de controlar la situación. De ahí nace la compasión. Una emoción completamente diferente de la pena: Es la necesidad de aliviar el dolor ajeno. Hasta cierto punto, es un sentimiento egoísta, porque, en este contexto, nos beneficia a nosotros mismos. Produce cambios positivos en nuestro cerebro. Ayudar a nuestro grupo es bueno para nosotros. Así, se multiplican iniciativas como viajar por España, cuando sea posible, ayudar al pequeño comercio, a la hostelería con bonos para los próximos meses… en definitiva, lo que hacemos reforzar nuestra identidad social, el valor del grupo.
Hemos pedido a Ana, además, algunos consejos prácticos para gestionar la incertidumbre. Nos recomienda todo aquello que aumente nuestro bienestar: mantenernos activos, especialmente con acciones solidarias, limitar las noticias de actualidad (evitando las que más ansiedad generan), admitir que no tenemos todas las respuestas (si no, corremos el riesgo también de creer explicaciones sin fundamento, como las fake news).
Nosotros te recomendamos que escuches la entrevista completa, creemos que te va a gustar…