Más de 18.000 empresas colaboraron económicamente en 2019 con alguna Entidad No Lucrativa (ENL) recogidas en Ley 48/2002, según los datos publicados por la Agencia Tributaria en Noviembre de este 2021.

Estas 18.337 empresas, 3.632 más que en el ejercicio anterior, se desgravaron un total de 200.257.237 €, once millones más. Sin embargo la aportación media ha bajado, si en 2018 esta desgravación media era de 12.855 €, en 2019 bajó hasta los 10.921 €.

Los datos que nos ofrece la Agencia Tributaria indican un incremento constante en el número de las empresas que, desde 2016, declaran su colaboración con el Tercer Sector. En ese año el número de empresas declarantes en este apartado era de 11.287, exactamente siete mil menos que en 2019. Un aumento considerable que ha ido parejo, como es normal, con la cantidad total desgravada por las empresas. En 2016 esta cantidad era de 88.572.803 €, y en sólo cuatro años ha crecido en más 120 millones de euros.

Unos datos que corroboran que las políticas de Acción Social Corporativa siguen asentándose en nuestro país poco a poco. Sin embargo esta colaboración está muy limitada a las grandes empresas.

Las Grandes Empresas y la RSC

Continuando el análisis de los datos que ofrece Hacienda, estas aportaciones económicas se concentran en las corporaciones de más de 90 millones de euros de ingresos (6.42% del total de empresas contribuyentes) que concentran el 72.22% de las aportaciones. Mientras que las empresas que facturan entre un millón y medio y 90 millones de euros, que suponen el 52% de las empresas, aportan el 25% del total.

Muy alejadas estás las pequeñas empresas, aquellas que facturan menos del millón quinientos mil euros, y que suponen el 40% del total de las contribuyentes en este apartado fiscal, y que sólo aportan el 2% de esos más de 200 millones desgravados.

La conclusión es clara, toda la cultura de Responsabilidad Social Corporativa se sigue asentando en nuestro país entre las grandes empresas y multinacionales, pero es necesario que sea permeable a todo el tejido empresarial. Para ello es necesario que se cumplan tres requisitos. Por un lado una sensibilización empresarial que sea consciente de la importancia del trabajo de las Entidades del Tercer Sector y su contribución a la cohesión del conjunto de la sociedad. Por otro lado que las ENL establezcan canales y fórmulas de colaboración más atractivas para las pymes y por último que existan incentivos legales que impulsen esta colaboración