Un Incremento Sostenido
La colaboración ciudadana con Entidades No Lucrativas (ENL) en España sigue creciendo año a año, eso sí, moderadamente. Es la principal conclusión que se desprende de la última información que ofrece la Agencia Tributaria en su publicación Estadística de los Declarantes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), del ejercicio 2021.
Lo que dicen los datos
Los datos del IRPF de 2021 indican que más de 4 millones de personas en España se desgravaron fiscalmente por realizar alguna contribución económica a ENL reguladas por la Ley 49/2002, un 2.73% más que en 2020. El importe total desgravado por estas aportaciones superó los 662 millones de euros, incrementándose un 2.23% respecto al ejercicio anterior.
Si analizamos esta información en los últimos cinco años, podemos comprobar que el aumento de contribuyentes donantes desde 2017 ha subido casi un 14%. Pero aún mayor ha sido el crecimiento de la cantidad desgravada, que se ha incrementado un 28% durante este último lustro.
Estos datos demuestran que la solidaridad económica con las ENL, de cualquier ámbito o sector de actuación, continúa ganando en importancia en nuestro país, a pesar de las diferentes crisis y la inestabilidad sociopolítica internacional.
El Tercer Sector necesita una reflexión
Si bien es cierto que tenemos que tener en cuenta dos particularidades específicas que requieren reflexión. Por un lado, durante estos cinco años hemos vivido una pandemia internacional que sacudió a nuestra sociedad y movió muchas iniciativas colaborativas. De hecho, del 2109 al 2020 la desgravación por colaboración económica creció un 13%, más de 75 millones de euros, una cifra marcada claramente por una situación emocional colectiva que provocó que la ciudadanía estuviera más predispuesta a colaborar.
Y por otro 2021 ha tenido el crecimiento más bajo, tanto en cantidad desgravada como en nuevos contribuyentes, de estos cinco años en los cuales el incremento anual estaba entre el 5 y 3%. ¿Esto indica una ralentización de la colaboración? ¿Un agotamiento del donante? ¿O tan sólo es una situación puntual y coyuntural? Es necesario que el Tercer Sector siga atento a estos datos y trabajar en nuevos modelos colaborativos ciudadanos donde la innovación y la creatividad marquen el nuevo rumbo.
Tenemos un reto claro en el Tercer Sector en general, y los fundraisiers en particular, debemos aumentar la conexión con la ciudadanía, mostrar la importancia de nuestras causas y proyectos y lograr que sean relevantes. Pero no solamente en situaciones de emergencia, sino también el resto de los 365 días del año.